Las condenas por delito vial pueden llevar a ingreso en prisión, centro de reinserción u otras alternativas en función de las consecuencias que pueda tener dicho delito, al reincidencia y las circunstancias en las que se dieron.

Habitualmente las condenas por delitos viales no tienen lugar por haber cometido un gran delito sino por la acumulación de varios menores. Aquí se incluyen los que beben bajo efectos del alcohol, los que pierden el permiso y la reincidencia en ello. Lo habitual para aquellos delitos donde se ha producido fallecimientos y aquellos protagonizados por conductores reincidentes es el ingreso en prisión. El tiempo medio que pasan en prisión suele ser en torno a un año. Pudiéndose prolongar hasta los cuatro.

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias afirma que en 2018 se encontraban 1.239 personas en la cárcel debido a delitos contra la seguridad vial. A su vez, en 2017 se abrieron 96.000 diligencias en nuestro país de las que acabaron condenadas 82.000. De estas el 80% se realizaron por juicio rápido y el 90% de los casos hubo conformidad por parte del acusado.

Los principales delitos en 9 de cada 10 casos son el consumo de alcohol y drogas y la conducción sin permiso. Lo más habitual es la privación del derecho a conducir, multas y trabajos en beneficio a la comunidad.

El objetivo es que no se vuelva a cometer el mismo delito una vez que se haya cumplido lo impuesto.