El número de fallecidas por contaminación ambiental al año asciende a los 10.000. A ello debemos de sumar los casi mil millones de euros que suponen en gasto las horas en atascos y las 30.000 kilotoneladas de combustibles fósiles utilizadas al año en automoción.

Contaminación acústica, emisiones de Co2… son múltiples los impactos que la movilidad tiene en el medio del cual somos partícipes. Hay que empezar a cambiar una larga lista de consecuencias negativas para el planeta.

El hecho de que cada vez vivamos en ciudades más grandes también aumenta el número de distancia recorrida en coche. Algunos conductores pasan horas dentro del vehículo para llegar a su trabajo u hogar.

Es necesaria la creación de un modelo que permita hacer del entorno un lugar sostenible. El hecho de que en nuestro país hayamos crecido tanto en cuanto a suelo edificado ha hecho que quede muy atrás la creación de una red pública de transporte realmente eficiente. Por lo tanto se ha aumentado el número de horas que pasamos viajando y las veces que cogemos el coche.

El hecho de reducir el consumo de combustible trae consigo también una mejora en la calidad del aire que respiramos. En algunos casos las consecuencias de estos cambios no son inmediatas por lo que habrá que esperar un poco más para verlas.

Aún así el tiempo corre realmente deprisa. La Escuela Nacional de Sanidad publicó en 2018 un estudio en el que se reflejaba que la polución había acabado en la última década con 93.000 personas en nuestro país. Una cifra realmente alarmante.