La introducción de la tecnología dentro del mundo del automóvil ha hecho que se incluyan en ellos todo tipo de maquinaria basada en sensores que «piensan» llegando a tener influencia en nuestra conducción. Los ADAS o sistemas avanzados de asistencia al conductor llevan unos años en vigencia. Entre ellos se encuentran algunos como la frenada automática en caso de emergencia, alertas de atropello en peatones y ciclistas, llamada de atención con la salida del carril, mantener la seguridad y la distancia con respecto al resto de vehículos, el control del ángulo muertos…
Los especialistas del sector informan de que si instalásemos todos los ADAS en los vehículos se evitarían más de 50.000 accidentes al año. A ello también debemos de unir que en caso de producirse las consecuencias de los mismos serían mucho menores de lo habitual.
La llegada del coche autónomo
No queda mucho para que el conductor pierda parte del protagonismo dentro del automóvil para pasar a ser pasajero. Grandes marcas de automóviles y de servicios de Internet ya han comenzado a realizar prototipos de vehículos de conducción autónoma. Este hecho que parece del futuro es realmente algo que está ocurriendo actualmente.
Diferentes profesionales afirman que este avance podría suponer el fin al concepto de movilidad en las ciudades, cambiando por completo los atascos y la contaminación.
Con el objetivo de poder avanzar de forma positiva, en 2015 la Dirección General de Tráfico creó un marco normativo donde se refleja la realización de pruebas de conducción autónoma en vías en las que se circula. A ello debemos de unir que en 2017 este mismo organismo puso en marcha «DGT 3.0» con el objetivo de poder conseguir el reto de 0 víctimas en 2050.
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